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36 Cuentos para explicar la muerte a los niños.

Mi padre nació rodeado de muerte, de tristeza, de desesperanza. Nació en mitad de un bombardeo en la Guerra Civil Española, mi abuela se puso de parto en casa, como era normal en aquel entonces, nada más parir, le dió un beso a mi padre recién nacido y otro a su hija mayor, puso a mi padre en brazos de mi tía (que sólo tenía doce años) y le dijo que corriese al refugio pegada a la pared de las pocas casas que todavía quedaban en pie. Así lo hizo, en esas circunstancias nació mi padre y en esas creció felizmente junto a mis abuelos y sus hermanos durante los años que duró la guerra, pero sabiendo valorar también lo bueno y lo malo de la vida.

Os cuento esto porque, para mi padre y los niños de otras generaciones anteriores a la mía, la muerte no era un tema tabú porque siempre ha estado presente. Si echo la vista atrás, en otras culturas la muerte es algo que forma parte de la vida, es algo muy presente que incluso se celebra, pero para algunos niños y familias, la muerte es algo de lo que no se habla. A día de hoy la muerte es un tema tabú para la mayoría de los adultos, así que para los niños ni os cuento.

Coincido en que es un tema delicado, sensible, doloroso…pero también creo que a los niños se les atraganta en parte porque nosotros añadimos una carga emocional y psicológica sobre sus pequeños hombros que podríamos aligerar. Creo que ser conscientes de que la muerte forma parte de la vida, te hace ser consciente de que todo es finito en la Tierra, y esto nos ayuda a poder disfrutar al máximo de la vida y estar preparados para, cuando una persona querida muere, poder vivir ese momento sintiendo todos y cada uno de los sentimientos y emociones que nos embargan y empatizando con los de los demás. El dolor no lo va a quitar nadie, ni la tristeza, ni el echar de menos a esas personas, pero sí que podemos considerarlo algo natural, algo que forma parte de un proceso que es la vida.

Hay muertes inesperadas, que no siguen el curso normal de la vida y que duelen especialmente, como la muerte de un hijo, por un accidente, por un infarto o enfermedad inmediata…esas son especialmente difíciles porque no son naturales en el tiempo, porque se escapan a lo que consideramos «ley de vida» y creo que esas deben de ser explicadas a los niños con más delicadeza y mejor todavía que el resto, pero sin disfrazar la verdad. ¿Cómo se sienten los niños que van o acaban de perder a un padre o una madre?¿y un hermanito?

A mis hijos les hemos dicho que, cuando una persona muere, va al cielo, porque así lo creemos, esa es nuestra fe y nuestras creencias, y son tan respetables como las de cualquier otra religión, creencia o persona. Cuando murió mi tía, mi prima consideró que era un buen momento para mostrarle a su hija la realidad de la muerte, la llevó al tanatorio, a la misa y después al entierro. Estuvo allí todo el día, en el entierro de su tia abuela, viendo cómo afloraban los sentimientos de las personas que allí estábamos, viendo a su tía en el ataúd y sin perder detalle. Ella sentía curiosidad y le pidió a su madre acompañarla, sé que a mi sobrina le surgieron muchas preguntas a partir de esa experiencia, pero sé que su madre se las explicó desde la naturalidad que acompaña este proceso.

A mí por ejemplo, cuando murió mi abuelo y yo tenía 7 años, mi madre me dijo un día que mi abuelo estaba «muy malito» y, después del entierro, cuando llegó a casa, consideró que lo mejor para mí era soltarme a bocajarro «tu abuelo se ha muerto», sin más explicación. Recuerdo el remolino de sentimientos que sentí en ese momento, la cantidad de preguntas que me surgieron, vale, estaba muerto, pero yo quería verle, quería despedirme, porque de eso iba lo de morir ¿no? pero ya no pude despedirme porque ya lo habían enterrado. Nadie me llevó al cementerio, nadie me avisó, nadie me explicó qué era eso de morirse, lo tuve que descubrir yo sola. Y debo deciros que me sentí muy confusa, porque por una parte estaba triste porque no vería más a mi abuelo, no podría tocarlo, ni hablar con él… pero por otra, veía a todo el mundo llorar, enmudecer, hablar en susurros cada vez que yo me acercaba, y yo no entendía porqué ni podía sentir lo mismo, sólo entendía que él ya no estaba.

Creo por todas las experiencias personales que he vivido que los niños merecen que alguien les explique qué sucede cuando muere su padre, su madre, un hermano, sus abuelos, sus tíos, un amigo… no va a ser ni más ni menos doloroso para ellos, posiblemente no encontremos las palabras adecuadas, pero si alguien se sienta a explicarles qué sucede, se sentirán acompañados. Una herramienta maravillosa para ponerle palabras a lo que sentimos y a lo que no sabemos explicar, es la literatura. Leerle un cuento a un niño sobre la muerte, le ayudará a comprender sin necesidad de muchas explicaciones qué está sucediendo pero brindándonos a la vez la oportunidad de entablar una conversación con los niños, por eso he creado esta recopilación de cuentos y álbumes ilustrados para explicar la muerte a los niños.

 

De qué color es tu recuerdo. Paco Ortega

Paco Ortega ha querido plasmar en este álbum ilustrado cómo son los recuerdos de los seres queridos que ya no están, cómo enfrentarnos al duelo a través de los colores que adquieren estos recuerdos y cómo asimilar su ausencia. Las emociones no tienen colores asociados, pero sí es cierto que cada persona las asocia con un color determinado. En este caso Paco Ortega juega en susilustraciones con los colores con los que relaciona los recuerdos de su niñez, llenándolas de emotividad con sus acuarelas y lápices. La tipografía elegida acompaña muy bien a las ilustraciones ya que es ligera y clara, destacando el color del sentimiento en cada página. Podéis leer la reseña completa aquí.

 

Para siempre. Camino García

Es un libro donde la autora intenta explicar las distintas frases que se les dice a los niños cuando muere un ser querido.

 

Siempre. Ana Galán

Osito piensa que su mamá es la mejor del mundo. Ella le enseña todas las cosas que un osito debe aprender para convertirse en un oso grande y fuerte, y siempre está a su lado para protegerlo. Pero ¿qué pasaría si algún día su mamá no estuviera?

 

La isla del abuelo. Benjie Davies

Leo quiere a su abuelo. Y el abuelo quiere a Leo. Y eso no cambiará nunca. Un libro precioso y reconfortante que nos muestra cómo las personas a las que queremos permanecen siempre cerca, sin importar lo lejos que estén.

 

Soy la muerte. Elisabeth Helland Larsen

Un delicado libro ilustrado sobre la inseparable unión entre vida y muerte. Una muerte representada con la figura de una joven mujer, con dulces rasgos, que visita a animales, ancianos, niños, aún aquellos que todavía no han nacido. Les guía en el viaje final y les habla de la vida, del amor y de la muerte. Flores, brillantes insectos y juguetes acompañan a la muerte en sus visitas para contrarrestar la oscuridad con la que se suele representar. Un libro sobre la muerte, pero también un canto a la vida y al amor que todo lo puede transformar y que es parte de la vida como lo es de la muerte. La vida y yo habitamos juntas todos los cuerpos. La vida y yo estamos en todo lo que empieza y todo lo que se termina. Soy la muerte aborda un tema, a veces, difícil de explicar, ¿por qué tenemos que morir?, con un lenguaje poético y sencillo, que ayuda a adultos y niños a afrontar el tema de la muerte o a superar la pérdida de un ser querido.

 

Yo siempre te querré. Hans Wilhem

Este libro es la historia de Elfi, la mejor perrita del mundo. Y también de la profunda amistad entre un niño y un perro. Se crían juntos, pero Elfi crece mas deprisa que su joven dueño, y después de una feliz vida de perro llega el momento en que Elfi se despide para siempre.
Este libro muestra sobre todo la importancia que tiene expresar los sentimientos.

 

 

¡No es fácil pequeña ardilla! Elisa Ramón

La pequeña ardilla sentía una pena muy grande porque su madre había muerto, y pensaba que nunca más sería feliz. Pero la vida continúa y el amor curará sus heridas.

 

Un pellizco en la barriga. Alma Serra.

Mar es una niña que ha vivido la pérdida de un ser querido con la que tenía una estrecha relación. El problema es que no es capaz de expresar lo que siente y por ello hay veces que se enfada, llora, no tiene ganas jugar o actúa como si no hubiera pasado nada. Nadie sabe que guarda un gran secreto que le provoca un pellizco en la barriga y es que se siente triste por todas las cosas que no pudo decirle, los abrazos que ya no puede darle o las disculpas que no pudo pedirle. Una noche, Mar tendrá un sueño que lo cambiará todo. Una experiencia que le hará librarse de esos secretos que no le dejan ser feliz y sentirá una gran sensación de libertad y agradecimiento.

 

Regaliz. Silvya van Olmen

«¿Tú crees que ahí arriba, en el cielo, hay algo, un sitio al que uno va cuándo se muere? Y, ¿Allí habrá regaliz?» Así filosofan dos inseparables amigos mientras meriendan en el campo. Un tema difícil tratado con ingenuidad, ternura y una gracia inigualable. ¡Un libro para llevarse al cielo!

 

Cuerpo de nube. Ana Eulate

Una conmovedora historia para grandes y pequeños sobre la aceptacion de las diferencias y que ayuda a afrontar la perdida de un ser querido o una mascota.

 

No te vayas. Gabriela Keselman.

A Catalina no le gustan las despedidas. Siente algo raro en el corazón y en la tripa cada vez que se va el invierno, se vuela su globo, pierde un diente o su papá apaga la luz por la noche, pero comprenderá que algunas cosas deben marcharse para que otras igual de divertidas y reconfortantes puedan llegar. Esa angustia que la niña siente cada vez que tiene que separarse de algo o de alguien, se calmará al comprobar que los adioses son necesarios para dejar lugar a otros momentos o sentimientos tan naturales, hermosos o importantes como los anteriores.

 

¡Buenas Noches, Abuelo. Roser Bausà 

Marta ha perdido a su abuelo y su madre la consuela en el jardín, mirando el cielo estrellado. De pronto, Marta cree ver cómo una estrella le hace guiños. ¿Podría ser el abuelo? Un relato tierno que intenta explicar, con un lenguaje narrativo y pictórico muy adecuado, a una pequeña niña la ausencia de un ser querido, la de su abuelo.

 

Una casa para el abuelo. Carlos Grassa.

Una familia sale de paseo en busca de un lugar donde enterrar al abuelo. El espacio perfecto está entre los girasoles. Allí también construirán una nueva casa donde «todo» continuará viviendo. Una historia sutil sobre los recuerdos de los seres queridos que permanecen en nuestras vidas.

 

¿Qué viene después de mil? Anette Bley

«¿Qué viene después del mil?», le pregunta la pequeña Lisa a su amigo Otto, con el cual está aprendiendo a contar las estrellas. Lisa ya sabe contar hasta dieciséis, pero en el cielo hay muchas más estrellas, por lo menos mil, le ha dicho el viejo Otto. Con él pasa ratos muy divertidos, pero un día Otto se pone enfermo y muere al cabo de un tiempo. A Lisa le cuesta acostumbrarse a su ausencia. Es la mujer de Otto la que le hace comprender que aunque no podamos ver a una persona, ésta puede seguir presente dentro de nosotros

 

Efímera. Stephane Senegás.

Dos hermanos descubren un pequeño insecto muy divertido, una efímera. Investigan en internet y, cuando se enteran de que su nueva amiga solo vive un día, deciden hacer todo lo posible para que ese día le resulte inolvidable, iniciándola en todo tipo de juegos y aventuras. La muerte de la efímera deja triste al hermano pequeño hasta que comprende que las veinticuatro horas que vive este insecto equivalen a la vida de una persona y que, por lo tanto, también las personas tenemos que intentar vivir la vida en toda su intensidad. ¡No hay rato que perder!

 

El pato y la muerte. Wolf Erlbruch.

Siempre llega un momento en que el niño se pregunta sobre la muerte. Ingenuamente, con toda la naturalidad del mundo. Los padres lo saben, pero pocas veces tienen preparada una respuesta simple y convincente. El personaje de la muerte en este libro de Erlbruch es una acompañante silenciosa y leve como una pluma, siempre presente aunque no la percibamos: Desde hacía tiempo, el pato notaba algo extraño. -¿Quién eres? ¿Por qué me sigues tan de cerca y sin hacer ruido? La muerte le contestó: -Me alegro de que por fin me hayas visto. Soy la muerte. El pato se asustó. Quién no lo habría hecho. -¿Ya vienes a buscarme? -He estado cerca de ti desde el día en que naciste por si acaso. -¿Por si acaso? -preguntó el pato. -Sí, por si te pasaba algo. Un resfriado serio, un accidente ¡nunca se sabe!

 

Abuela de arriba, abuela de abajo. Tomie de Paola.

Un día a la semana Tomi, un niño de cuatro años, va a visitar a sus dos abuelas; en realidad, abuela y bisabuela con las que comparte momentos de cariño. A medida que pasa el tiempo Tomi se da cuenta de que la vida tiene un principio y un final. Un tierno relato que sirve para iniciarse en los conceptos de vejez y muerte sin perder de vista valores como el amor y las relaciones familiares.

 

El árbol de los recuerdos. Britta Teckentrup.

Zorro había tenido una vida larga y feliz, pero ahora estaba cansado. Observó su querido bosque una última vez y se quedó dormido para siempre.

Este cuento, dulce y reconfortante, celebra la vida y todos los recuerdos que permanecen en nosotros tras la muerte de un ser querido.

 

Así era mi abuelito. Joan de Déu Prats.

Ésta es la historia de uno de los abuelos más dulces que pueda existir, un abuelo con sueños de chocolate, fresa y muchos pistachos!, y del recuerdo que de él tiene su mayor admirador: su nieto.
Este cuento y la guía para padres que lo acompaña resultan una herramienta muy útil para abordar el tema de la muerte con nuestros hijos; ayudarnos a conocer las dudas que se plantean a su alrededor y aproximarlos a la comprensión de su vulnerabilidad y al verdadero sentido de la vida.

 

Como todo lo que nace. Elisabeth Brami

Las frutas, las flores, las hormigas, las mascotas…Todo lo que un día nace y vive, pasado un tiempo ya no existirá más. ¿Qué ocurre después de la muerte? Un libro para compartir con los niños, esos pequeños filósofos. Este álbum nos habla de qué es la vida. Nos habla primero de plantas y luego de animales que desarrollan el ciclo vital de la vida, es decir, que nacen, viven y mueren. No hay dureza en lo que se dice, no se nos cuenta desde la tristeza o el misterio. Se relata desde un gran amor a la vida, apoyándose en textos cortos, como si de una poesía se tratase y con una soberbia ilustración, llena de colores cálidos y rica en símbolos felizmente escogidos para tratar el tema.

 

Dos alas. Cristina Bellemo.

Una mañana, el señor Guillermo se encontró unas alas en su jardín. «¿De quién serán?», se pregunta. Pero nadie las reclama, nadie sabe nada. Hasta que un día se atreve a tocarlas y despiertan sus recuerdos. Una historia poética y filosófica sobre el final de la vida.

 

Los tejemanejes de la abuela. Xavi Simó.

Desde que se ha quedado viuda, a la abuela Rosalía le cuesta vivir sola, la casa se le cae encima y se pasa los días mirando por la ventana. Pero un día recibirá una propuesta que le llenará la vida de color.

 

El corazón y la botella. Oliver Jeffers.

Una niña guarda su corazón en una botella, pensando que así lo cuidará mejor. Pero, a cambio de no volver a sentirse triste, la curiosidad y la capacidad de asombro no le acompañaron más. El autor de El misterioso caso del oso presenta otra gran historia, cuyo mensaje logra conmover a chicos y grandes, y que nos recuerda lo bueno de tener el corazón en su lugar.

 

La estrella de Laura. Kalus Baumgart.

Una noche en la que Laura no puede dormir y mira por la ventana de su habitación, ve cómo una pequeña estrella cae justo delante de su casa, sobre la acera. Laura se lleva la estrellita a su habitación. Pero a la mañana siguiente, la estrella ha desaparecido.

 

Gracias Tejón. Susan Varley.

Tejón era ya muy viejo y sabía que pronto tendría que morirse, pero no sentía miedo, a fin de cuentas morir significaba simplemente abandonar un cuerpo que ya no funcionaba tan bien como cuando era joven. Lo que le preocupaba en realidad era cómo se sentirían sus amigos cuando él ya no estuviera. Cuando Tejón se despide, alejándose madriguera abajo, sus amigos se sienten muy tristes. Lo único que les consuela es recordar aquellas cosas que Tejón les enseñó cuando aún vivía.

 

La gota de agua. Înes Catel-Branco

Un libro que parte de la metáfora intercultural de la gota de agua -que finalmente se mezcla con el mar sin dejar de ser agua, pero sí perdiendo la forma de gota- para explicar la muerte de una manera serena y lúcida, que los niños puedan captar fácilmente. Podéis leer la reseña completa aquí.

 

Llora corazón, pero no te rompas.  Glemm Ringtved

Conscientes de que su abuela está gravemente enferma, cuatro hermanos deciden hacer todo lo posible para ahuyentar a la muerte y evitar a toda costa que se acerque a casa de su abuela. Pero la Muerte llega de todas maneras. Gentil y sin hacer alharaca, se sienta con ellos y acepta tomar una taza de café. Entonces les cuenta una historia sobre la tristeza y la alegría, sobre el dolor y la felicidad, que ayuda a los hermanos a comprender que, sin la muerte, tampoco puede haber vida.

 

Vacío. Anna Llenas

Una vida apacible y feliz puede verse truncada de repente por la toma de conciencia de un gran vacío, un agujero que nos atraviesa el pecho y nos lanza de inmediato a una forma de vida que no sabemos cómo llevar. Esto es lo que le pasa a la protagonista de esta historia, una niña feliz que, tras sufrir una inesperada pérdida, descubre en su interior un gran vacío. Este hecho la llena de tristeza y pesadumbre y la lleva a salir en busca de posibilidades para cerrarlo y volver a ser como antes. El desasosiego que le produce comprobar que no existe nada que pueda eliminarlo para siempre la conducirá a una profunda tristeza que le servirá para despertar a una nueva realidad: la solución para llenar ese vacío está en el interior de ella misma. Asumir este descubrimiento, y aceptarlo con felicidad, servirá a la niña no solo para estar mejor consigo misma, sino para acercarse a los demás tal cual, sin artificios.

 

Más allá del gran rio. Armin Beuscher.

Un día la Liebre le dijo al Mapache: «Debo hacer un largo viaje y no puedo llevarte, porque debo hacerlo solo». El Mapache la acompañó a la orilla del Gran Río y se despidió de ella. Después contó a sus amigos el Pato, el Elefante y el Ratón: «Entró en el agua pero no se hundió. Era como si estuviera sentada en una barca que la llevara. Después desapareció». El Elefante preguntó: «¿Ha muerto?». El Mapache respondió: «Sí». Los amigos se pusieron muy tristes y fueron a dar un paseo, cada uno pensando en lo suyo. De repente, el Elefante empezó a cantar una canción y todos juntos la entonaron. El ratón preguntó: «¿Creéis que la Liebre nos ha oído cantar?». El Mapache respondió: «Claro que sí». Y el Ratón dijo: «Entonces cantaremos más a menudo».

 

Más allá. Silvia Fernández Campos.

«Los artistas del Circo Galaxia arriesgan sus vidas a diario. Saltan del trapecio sin red, tragan fuego y espadas, vuelan disparados por cañones… Quizás por eso hablen tanto acerca de la muerte. ¿Qué habrá después? ¿Cómo será el «más allá»? En el Circo Galaxia hay tantas respuestas diferentes como aletas, antenas y hocicos…” Os invitamos a que dejéis volar vuestra imaginación sobre lo que habrá «más allá» de la muerte en las diferentes culturas. A que penséis en la vida como una preciosa estrella fugaz que pasa rápido. Os invitamos a conectar con aquellos que ya se han ido al preguntaros sobre su paradero. Así que: ¡pasad y disfrutad de este circo de la vida!

 

Nana vieja. Margaret Wild.

Nana Vieja y su nieta han vivido juntas mucho tiempo y comparten todo, incluyendo los trabajos de la casa. Una mañana Nana Vieja no se puede levantar a tomar el desayuno como de costumbre. Con calma va poniendo sus cosas en orden. Finalmente, lleva a su nieta a dar un último paseo para explorar las cosas maravillosas que las rodean.

 

Parco. Alex Nogués.

¡Descanse en paz!, dijeron. Entonces, ¿por qué el mundo continuaba girando? Parco se levantó de la tumba y fue al pueblo. Allí descubrió algo muy importante.

 

El largo viaje de Nanuq. Antoni Cabo

Después de esperar durante días que vuelva su madre, Nanuq emprende viaje con una pequeña maleta que contiene algo muy valioso. Pero al poco de empezar el camino, la pierde. ¿Cómo la podrá recuperar? Mientras la busca, no solo descubrirá la verdadera naturaleza del mundo que le rodea, sino un valioso e inolvidable mensaje.

 

El tren. Antonio Ventura.

La amistad de un anciano, casi ciego, y de su pequeño sobrino, los lentos paseos por el Paseo del Prado, las risas, los viajes soñados en el tren… hasta que la muerte interrumpe esa complicidad. Este libro está descatalogado, pero es una verdadera joya y supongo que lo podréis encontrar en bibliotecas.

 

La abuela durmiente. Roberto Parmeggiani.

Antes de quedarse dormida, la abuela cocinaba, leía y contaba cuentos; luego empezó a hacer cosas extrañas… Un hermoso libro para todas las abuelas y abuelos que olvidan, para todos los niños y niñas que cuidan de sus abuelos y abuelas.

 

Para siempre. Kai Lüftner

El papá de Eugenio no regresará nunca más. Se ha ido. Para siempre. Contra ese para siempre no hay ninguna pastilla. Nunca más volverá a ser como fue, dice la madre. Pero hay que seguir adelante. ¿Pero por qué, de repente, la gente se vuelve tan rara? Los hay que susurran, que únicamente dicen: Pobre niño y sonríen. Y el ejército de los mudos. Son la mayoría. Resulta difícil hablar de ello y, sin embargo, es muy fácil: Papá no volverá nunca más.

 

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2 comentarios en 36 Cuentos para explicar la muerte a los niños.

  • Carme 14 febrero, 2019 4:56 pm

    Uns llibres genials. Gràcies.

    • Patri 14 febrero, 2019 9:48 pm

      Gracias a tí, la verdad es que creo que hay títulos muy muy bonitos.

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