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El hombre sin lágrimas

Hace poco tuve la oportunidad de leer El hombre sin lágrimas, de Jonathan Maciá López y publicado por Otom Studio.

 

Cada página contiene un texto breve fácilmente comprensible por los niños más pequeños y en mayúsculas, que transmite un mensaje muy explícito sobre las emociones.  Las ilustraciones se bastan por sí mismas para transmitir todo el sentido que sus autores han querido plasmar en éste álbum, para darle a las emociones la importancia que realmente tienen, y es que las emociones, hasta la más insignificante, tiene una enorme importancia.

El hombre sin lágrimas es un cuento repleto de preciosas y sencillas ilustraciones de Ana Limiñana Antón en las que se utiliza principalmente el color rojo y el azul en sus distintas tonalidades. El azul caracteriza al frío hombre sin lágrimas, y el rojo a la niña experta en emociones.

 

 

El hombre sin lágrimas aparece siempre que lloramos para clasificar los distintos tipos de lágrimas, observándolas, porque él no sabe llorar. Él se fija en las lágrimas, no en las emociones que las provocan, pero la otra protagonista del cuento, la niña que es experta en emociones, le muestra que hay cientos de tipos de lágrimas, porque se puede llorar de tristeza, de alegría, de ira… porque hay muchas emociones y motivos que nos desbordan y nos provocan el llanto. Los dos personajes se complementan a la perfección, completando entre los dos la clasificación de los tipos de lágrimas que existen y lo que las provoca.

 

 

Hay personas a las que desde que son pequeñas es han dicho que «los chicos no lloran», «no lores ¡eso no es nada!», «no hay que llorar…»… y ¡cuánto daño hacen esas frases sin que nos demos cuenta! hacen que poco a poco no nos permitamos exteriorizar nuestras emociones, que no nos permitamos estar tristes, ni enfadados y, del mismo modo, que tampoco exterioricemos la felicidad. Hacen que poco a poco vayamos creando una coraza a nuestro alrededor en lugar de sentirnos cercanos a los demás, que vayamos distanciándonos de los demás y que escondamos nuestras emociones desde bien pequeños.

 

 

El hombre sin lágrimas es una herramienta maravillosa para poder trabajar todas las emociones, una mano tendida a las personas (niños y adultos) que no se permiten llorar ni reconocer sus sentimientos. Las lágrimas no tienen porqué ser sólo de tristeza, sino que también pueden ser de felicidad y, si bloqueamos nuestras emociones para no llorar, no sabremos tampoco expresar la felicidad.

 

 

Tanto para trabajar las emociones desde casa como desde el aula, me parece una herramienta maravillosa para poder trabajar la Inteligencia Emocional y la empatía.

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Soy Patri, esposa de un hombre maravilloso, mamá de tres peques a tiempo completo, blogger, maestra y autora del libro Cocinando en familia.

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