Todavía estamos disfrutando esta semana de la Pascua, en Valencia, los niños volvieron al colegio hace apenas tres días, pero en la Iglesia vamos a celebrar el tercer domingo de Pascua, un día muy especial. Llevamos leyendo todos los domingos este libro desde el primer domingo de Pascua y reflexionando sobre los diferentes mensajes que nos aporta, se trata de «La liebrecita» de ING Edicions.
Como cada año, la familia de liebres tenía que decidir quién iba a ser ese año la liebrecita de Pascua. Papá y mamá liebre, para decidirlo, les presentan una cesta con siete huevos de colores a sus siete hijas y les encomiendan la misión de llevar el huevo sano y salvo hasta el nido que han preparado los niños en el jardín de su casa. No es tarea fácil ya que, por diferentes motivos, los huevos nunca llegan al nido, ninguna liebre lo consigue excepto la última.
Es un cuento muy adecuado para leer, no solo en Pascua, sino en cualquier momento del año por el mensaje que transmite a los niños. Las pequeñas liebres, como todas las personas, se encuentran con impedimentos en el camino que lleva hasta el jardín de los niños, su objetivo. Impedimentos, distracciones, engaños, tentaciones… que deben aprender a evitar, atravesar o solventar mientras siguen con su camino, pero esto no es tarea fácil, ni para las liebrecitas, ni para los niños, ni mucho menos para los adultos. En nuestra mano está ayudar a los niños a que crezcan aprendiendo a salvar esos obstáculos para que puedan conseguir los objetivos que se marquen en la vida, y este cuento me parece un perfecto acompañamiento para ello.
La liebre que consigue convertirse en la liebre de Pascua es la que ha escuchado a sus hermanas hablar de los obstáculos que les habían impedido llegar hasta el jardín, ha comprendido cual era el problema y también la solución.
Además, es un libro muy adecuado para los más pequeños, no solo por el mensaje del texto, sino porque se pueden trabajar a nivel pedagógico conceptos como los números, los colores, los animales del campo y festividades. Algo que también nos ha gustado mucho es que el texto que indica el camino que deben seguir las liebrecitas para llegar hasta el jardín se repite para cada una de las liebres, de manera que los niños son capaces de prever qué va a suceder y les ayuda a memorizarlo.
Mis hijos también han jugado a buscar un pequeño ratón de campo que aparece en varias páginas, les encanta jugar a buscar y pararse a mirar todos los detalles.
Las ilustraciones de Albert Asensio son una maravilla, todos los elementos y paisajes a color excepto la familia de liebres, dibujada con trazos de lápiz y de manera tan realista que parece que estés observando a una verdadera liebre en el campo.
Al final del cuento proponen una actividad para pintar huevos de Pascua. Explican detalladamente dos técnicas para pintar huevos duros o huevos vaciados, nosotros este año hemos pintado los huevos de corcho blanco que os enseñé en stories de instagram y hemos jugado a esconderlos y encontrarlos cuando salimos a la montaña, así podemos reutilizarlos el año que viene. Os recomendamos que lo leáis si podéis porque es un libro del que se pueden extraer muchos aprendizajes.
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