En el cole Montessori donde trabajé este curso me dejó fascinada cómo algunos niños del aula de dos años podían trabajar ciertos materiales.
Uno de los materiales que más me llamó la atención fue éste puzzle de madera para encajar formas tridimensionales.
Aparentemente, es fácil, coges una forma, buscas su relieve en la base de madera y la encajas, pero en realidad no es tan fácil. La pieza sólo tiene una posición correcta aunque el niño puede encajarla de muchas maneras diferentes. Me explico, por ejemplo, el triángulo, encaja con la parte más ancha de la pieza en varias posiciones, pero sólo si la parte más ancha de la pieza está colocada junto al borde exterior de la base de madera, podrá encajar el resto de fichas correctamente.
Creedme cuando os digo que no es nada fácil encajar las piezas de este puzzle por este motivo, si encajas una en una posición diferente, el resto de piezas no pueden encajar y para un niño de dos años, es un elevado grado de dificultad. Al ver a algunos niños de esta edad (y más pequeños) conseguir realizar este puzzle ellos solitos con sólo haberles mostrado una vez cómo se hacía me quedé sorprendida, así que decidí buscarlo para mi hijo pequeño y lo encontré en la tienda Bonicos.
Ayer le mostré una sola vez cómo se desmontaba y montaba el puzzle, colocando de nuevo una a una todas las fichas en su posición adecuada, mostrando el borde más largo e indicándole que esa parte iba hacia el exterior de la base. Además, conforme cogía una pieza le decía “este es el triángulo rojo” para que fuese interiorizando los colores de las piezas.
Las piezas del puzzle son de madera pintada, pero el puzzle transmite muchas sensaciones al tocar las vetas de la madera.
Y una vez más me sorprendió, en veinte minutos había conseguido encajar todas las piezas en su posición adecuada y formar el puzzle él sólo. También os digo que el peque no tiene la psicomotricidad fina muy desarrollada todavía, así que le cuesta bastante coger las piezas, darles vueltas y encajarlas con soltura, pero lo cierto es que lo ha conseguido ¡Qué orgullosa estoy de él! Más si os cuento que ya nombra algunos colores de las piezas.
Creo que es un material muy adecuado para niños de a partir de 2 años para trabajar la lógica, la psicomotricidad fina, los colores, las formas y la tridimensionalidad, además, al ser de madera, es muy resistente. Si queréis encontrarlo, podéis encontrarlo haciendo click en el siguiente enlace.
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