Hay libros que con sólo abrirlos te enamoras, con Tilly creía que… de la Editorial Gato Sueco ha sido amor a primera vista.
Tilly y su amigo Tage son dos niños que son amigos y viven en sus respectivas casas, tienen la vida y la familia que tienen y se plantean cómo sería su vida si fuesen otras personas. A lo largo de todo el libro, van haciendo una crítica muy, muy detallada y profunda de cómo es la sociedad y los distintos tipos de familias y hogares que existen desde la mirada pura y objetiva que sólo un niño puede tener, incluso de las personas que no tienen un hogar.
Las ilustraciones son mágicas. Repletas de detalles, de guiños, de miradas expresivas y de trazos que transmiten mucho más de lo que parecen sin dejar de ser entrañables.
El texto es sobrecogedor, desde un punto de vista siempre objetivo describe fielmente los personajes y situaciones que Tilly va encontrando y asimilando, rompiendo algunos de los esquemas previos que tenía y reacomodando sus creencias y pensamientos, adaptándolos a las nuevas situaciones que vive a través de las familias que conoce. Tilly va haciéndose preguntas sobre cómo es la vida de las distintas personas que la rodean y se encuentra con padres que dejan que sus hijos coman chucherías a todas horas y que les dejan hacer lo que quieran porque son niños, padres muy serios, amigos que tienen todas sus necesidades materiales cubiertas pero pasan mucho tiempo solos, padres que no limpian, que no tienen nada que comer, padres cuya prioridad no son sus hijos e incluso personas que viven en la calle y que son ignoradas por todo aquel que pasa por su lado a pesar que a Tilly siempre le habían dicho que hay que ayudar a los demás…
A veces los niños se encuentran ante incongruencias y realidades que no saben cómo gestionar desde su más tierna niñez, realidades generadas por situaciones creadas o encontradas por los adultos y a las que se tienen que adaptar muchas veces sin previo aviso. Tilly creía que… es una herramienta magnífica para poder ayudar a los niños a entender y gestionar las distintas realidades que pueden encontrarse, desde los distintos tipos de familia que existen hasta las realidades adultas que a veces no son las que desearíamos.
Es un libro que refleja la realidad y te insta a reflexionar sobre qué ejemplo les damos a los niños y hasta qué punto es importante tener una coherencia entre lo que les decimos y lo que realmente hacemos. Los niños aprenden por imitación, somos su ejemplo y modelo a seguir y ellos forjan su carácter y sus creencias a partir de lo que ven en nosotros, somos su espejo, de modo que debemos de plantearnos cómo podemos ayudarles para que sean la mejor versión de sí mismos, puedan ver las necesidades en los demás y saber cómo ayudarles.
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